lunes, 31 de octubre de 2016

Todos los Santos




El Papa Gregorio IV o Gregorio Polis en el Rábano Mauro
Biblioteca Vaticana

Siguiendo una antigua costumbre conmemorativa de la iglesia primitiva, poco a poco se habían ido incrementando las fiestas dedicadas a los mártires y los santos. De hecho, el factor desencadenante había sido la persecución constante del emperador Diocleciano (284-305) , que había provocado que se contaran por miles los cristianos martirizados y santificados a los que se debía veneración; tantos que se decidió que tal cuestión se abordaría de forma conjunta.
Ya a comienzos del siglo VII el Papa Bonifacio IV había consagrado el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario y un siglo después el Papa Gregorio III había dedicado una capilla a todos los santos en la basílica romana de San Pedro,  veneración que acabó instaurándose como festividad,  a mediados del siglo IX,  por Gregorio IV o Gregorio Polis, título  que le vino otorgado por reconstruir el puerto de Ostia.


Todos los Santos. Fray Angélico

Así se marcaba el 1 de noviembre como la festividad del ingente número de mártires que no fueron santificados expresamente a lo largo de los siglos, tanto los conocidos como los desconocidos, y de ese modo ha llegado a nuestros días, en los países de tradición católica, mientras que los ortodoxos la celebran el primer domingo después de Pentecostés. No es una cuestión extraña para otros ámbitos del cristianismo, pues protestantes anglicanos y luteranos siguen conservando la misma tradición para idénticas fechas.
Cada año, en los ámbitos de cultura católica, se celebra la festividad de Todos los Santos, a la que sigue el día de difuntos, una conmemoración de recuerdo y honra de los seres queridos que fallecieron. Tradicionalmente se acude a los cementerios haciendo un especial recuerdo de visita con flores que viene a ser colofón de unos días previos dedicados al aseo, arreglo y ornato de los lugares de sepultura.




Cementerio de la Almudena, Madrid. 1917
http://www.abc.es/20121101/sociedad/abci-supersticiones-201210301015.html

En muchos países el invierno se relaciona con la estación más sombría y fría. La “muerte” de la Naturaleza empezaba 40 días después del equinoccio de otoño - el 22 de septiembre-, coincidiendo con el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, al que sigue el día de las almas o día de los muertos. Ambas jornadas se asocian con la vuelta de las almas durante estos días y a varias manifestaciones de su presencia entre los vivos. Así que se mantiene que lo que se celebra, en realidad, viene a adaptar y superponerse a una fiesta anterior al cristianismo que supone el fin de las cosechas, de la vendimia y la llegada del invierno;  un vano abierto a la despedida del buen tiempo y de la abundancia muy relacionada con el mundo espiritual ancestral relacionada con la oscuridad a la que hay que poner luz. 
En una contradición sugerente y complementaria, que no deja de ser vital y necesaria, esta fiesta de la muerte se acompaña de  celebración sociales y familiares en las que procesiones, visitas y rezos se unen a la comida y los dulces: frutos secos, frutas, verduras, castañas, panellets, huesos de santo y buñuelos de viento hacen que se celebre, igualmente la vida.
Costumbres de muchos lugares así lo acreditan, centrándose en el recuerdo de las almas, como ocurre en Zamora con las Cofradías de las Ánimas, que organizan procesiones el 1 de noviembre por los cementerios locales, acompañándose de velas para guiar a los muertos y rezando el rosario o en Tajueco (Soria)  donde se celebra el Ritual de las Ánimas, que consiste en una procesión encabezada por el sacerdote en la que marchan dos grupos, casados y solteros, quienes van coreando las estrofas del cántico a las ánimas. Al finalizar, se toca la campanilla y se reparten pastelillos y vino. El toque de muertos de las campanas acompaña al vecindario durante todo el proceso. 



https://tajueco.wordpress.com/page/33/

"Por las ánimas benditas
todos hemos de rogar
que Dios las saque de penas
y las lleve a descansar”.

Las celebraciones de Alicante ponen velas en las ventanas desde el 28 de octubre para indicar la ruta a las almas de los muertos; en Cocentaina se celebra la “fira de tots sants” o feria de todos los santos, por licencia real del aragonés Pedro IV el Ceremonioso y en Bejigar (Jaén) entre los días 31 de octubre y el 2 de noviembre, donde los jóvenes salen con cazuelas de gachas a la calle para tapar con ellas las cerraduras de las casas para impedir así la entrada a los malos espíritus, mientras que en las casas iluminan el camino a las ánimas de los difuntos con mariposas de aceite en las ventanas, y pasan la noche comiendo sus tradicionales tortillas con chocolate, y en el norte de Córdoba donde se ameniza la "vigilia" con gachas de leche.
En Cádiz se celebra el día 31 de octubre los “Tosantos”, un carnaval en el que se disfraza a los conejos, puercos y gallinas de los mercados de la ciudad y se fabrican muñecos con frutas, verduras y frutos secos que reflejan de modo crítico y humorístico la realidad social del año. 
En Ceuta es el Día de la Mochila, cuando se sale al campo con un hatillo de frutas y frutos secos para pasar el día.


Fiesta de Los Finaos. Visita al cementerio
http://www.laprovincia.es/multimedia/fotos/gran-canaria/2016-10-31-74047-fotos-historicas-tradicion-difuntos.html

En Canarias las familias se reúnen y cuentan historias de los parientes fallecidos mientras comparten piñones, nueces, castañas y almendras acompañadas de vino dulce, anís y ron miel en la fiesta de los Finaos  el 2 de noviembre.  En algunos pueblos hay una "finada" popular en la que se toca música por las calles y cuyo momento culminante es el Baile de los Finaos. 



Magosto.
http://vivagalicia.es/fiesta-de-el-magosto-en-galicia/

En el norte de la Península Ibérica la comida de estos días gira en torno a la castaña: magosto de castañas y leche en Galicia y el Bierzo, Amagüestu, con castañas asadas y sidra dulce en Asturias, panellets en Cataluña. 
En Castilla, las migas. los huesos de santo y los buñuelos se convierten en el acompañamiento dulce de la festividad.


 

Bimuelos. Postre sefardí. 
 Israel Jewish News blog


A propósito de los buñuelos, parece que los judíos elaboran en el siglo X, con ocasión de la fiesta de la Janucá (a finales de noviembre), unos bollos fritos con harina que llaman bimuelos, que son adoptados por la tradición cristiana para estas fechas.

El día 2 de noviembre se celebra la fiesta de los Fieles Difuntos, Día de Muertos o Día de Difuntos destinada a rezar por aquellos que necesitaban acabar su estancia en el Purgatorio. Fué establecida por San Odilón (Odilón de Mercoeur), un monje benedictino y quinto Abad de Cluny, tras Mayol,  en Francia el 31 de octubre del año 998. Desde entonces comenzó a propagarse la costumbre de rogar solemnemente por los difuntos.


 

Odilón y sus monjes. Grabado de Jacques Callot para una serie de Santos.
1592- 1635

Sepulcros de San Mayol y san Odilón.  Abadía de Souvigny

Durante estos días y aunque no deja de ser una reciente costumbre, gustamos de pasar por los teatros la obra de José Zorrilla “Don Juan Tenorio” (1844), cuyo acto final de la obra tiene lugar en la noche de Todos los Santos.
La innovación en la tradición hace que acabemos celebrando la noche anterior el Halloween americano, una fiesta que quiere relacionarse con el antiguo Samhain céltico, una cuestión sobre la que existe una gran controversia y a la que, en su día, dedicamos una entrada en el blog. Recientitas son, también, las celebraciones de ánimas basadas en la presencia de fantasmas.


http://elige.soria.es/hueste-de-las-animas-templarias-becquerianas-y-pasacalle/


Celebren estas fiestas lo mejor que puedan

¡Les deseo una buena semana! 


Los campaneros de Segorbe realizan el Toque de difuntos especial para los días de Todos los Santos, en el cual se toca ese tejido de campanas, una especie de repique, en el cual el campanero D. Andrés Ibáñez, jefe de los campaneros, maneja 5 campanas, repicándolas.


martes, 25 de octubre de 2016

Pintoras




Mano en la cueva de Pech Merle.  25.000 a C
Fot. Sociedad Americana de Arqueología

Ellas se movían ligeras por el interior de la gruta acostumbradas a una vida llena de actividad en la que su presencia, valía y protagonismo no eran cuestionados, aún. ¿Qué razón actual nos ha ido conduciendo a pensar que no fue así?
Germán Delibes, catedrático de Prehistoria, enminente y reconocidísimo, profesor y gran arqueólogo, nos decía que la ausencia de evidencias no es evidencia de la inexistencia, y hoy lo traigo a colación de una cuestión en la que se ha trabajado y reivindicado poco, si bien recientemente hay una preocupación por revisar el tratamiento del género femenino a lo largo de la historia. 
Ya hace unos años planteaba la profesora Querol lo sesgado de la interpretación del papel de la mujer en las sociedades prehistóricas, realizado siempre con una lupa moderna, adoleciendo de miles de prejuicios en el tratamiento del papel femenino. Las mujeres, incapaces de gestas cazadoras, sin papeles de relevancia en la estructura económica y social del grupo, nunca habían sido reconocidas como posibles protagonistas de los papeles simbólicos, por ejemplo. No hay mas que abrir un libro de texto o, incluso, revisar los diseños interpretativos de nuestros centros de visitantes, para darse cuenta del papel que tradicionalmente se les ha otorgado en los estudios prehistóricos (e históricos).

Recreación de la Chamana mesolítica de Bad Dürrenberg

Pues bien, nada mas lejos de la realidad.  En la Sala del Fondo de la cueva de Chauvet, en Francia, un colgante calcáreo se pintó hace mas de 30.000 años con los rasgos de una mujer, una venus vista de frente dibujada en negro con un trazo que define al triángulo pubiano y a las piernas. Ninguno de los dibujos posteriores -felinos y un hombre-búfalo- se le superpone.
Diez mil años después vivió La Dama Roja, una mujer madura de elevado prestigio en su comunidad que ha sido reconocida en las excavaciones arqueológicas realizadas en  la cueva del Mirón, era  pincha aquí para ampliar la información
Otro tanto ocurría con la mujer enterrada en Bad Dürrenberg, interpretada por su impresionante ajuar y sus patologías como una chamana mesolítica del VII milenio a C.
Recientemente, el arqueólogo de la Universidad de Pennsilvania, Dean Snow, ha realizado un estudio en las cuevas con pinturas rupestres de España y Francia que arroja una conclusión sorprendente: las figuras paleolíticas de manos sopladas con pintura pudieron ser realizadas mayoritariamente por mujeres. 




Panel de los caballos y manos de Peche Merle

Snow ha basado su estudio en el trabajo del biólogo británico John Manning, quien había propuesto, en función de la longitud relativa de los dedos de las manos una notable diferencia entre hombres y mujeres. Estas últimas solemos tener los dedos anular e índice de longitud bastante similar, mientras que el anular de los hombres suele ser más largo.
Aplicando esta premisa, Snow, al observar una mano de la cueva francesa de Pech Merle, reparó en la posibilidad de que se tratase de una mano femenina y así comenzó un específico estudio de huellas en las principales cavidades con manos aerografiadas, cuya datación sería Gravetiense, hacia el 30.000 a C.
Tras la investigación, que englobaba manos de toda una serie de muestras de cuevas, con un análisis sencillo de las proporciones de los segmentos de los dedos y su relación con las dimensiones de la mano, afirma que un 75 % de las 32 manos representadas en las pinturas rupestres del Paleolítico Superior son de mujeres, una cuestión que les otorga un aplastante protagonismo en la ejecución de las mismas.
Toda Europa meridional está repleta de cuevas con manos pintadas concentrándose en el norte cantábrico y sur de Francia, aunque se conocen ejemplos en Sudamérica, Asia, Africa y Australia


Ilustración de Arturo Asensio 
http://www.arturoasensio.es/contenidos/contenidos.html


Entrevistado a este respecto, el fallecido director del Museo de Altamira,  J. A. Lasheras exponía, juiciosamente, la cuestión de que no existían datos contrastados sobre la autoría femenina o masculina del arte rupestre paleolítico. Lo cierto es que no existen, a excepción de la imagen que acompaña estas líneas y cuyo autor es Arturo Asensio, ilustraciones sobre el protagonismo femenino, y si del masculino, siendo este hecho suficientemente significativo por sesgado, discriminatorio y acientífico, pues da por supuesto que el arte rupestre fuera cosa de hombres en exclusiva.
En realidad no se trata de una cuestión que se refiera sólo a la ausencia de evidencias, sino mas bien a la falta deliberada del reconocimiento de la posibilidad. Tampoco se ciñe, desgraciadamente al Paleolítico. Consulten, si quieren, las pinacotecas y libros especializados, de los de texto ni hablamos.
Dejaremos para otra ocasión la obra de otras grandes mujeres pintoras como Hitda de Meschede, Herrada de Landsberg, Hildegarda de Bingen, Sofonisba Anguisola o Artemisia Gentisleschi.
¿ les suenan?


¡Que tengan una buena semana!








Enlaces:


http://www.abc.es/cultura/arte/20131018/abci-pinturas-rupestres-mujeres-manos-201310172231.html

http://theconversation.com/hands-on-the-wall-were-the-first-artists-actually-women-19232

http://hominidas.blogs.quo.es/2013/10/29/las-mujeres-pudieron-pintar-altamira/

https://www.yumpu.com/es/document/view/5158575/hallazgos-arqueologicos-en-alemania-deutsches-archaologisches-/22

martes, 18 de octubre de 2016

Daño y hurto en Tiermes. Una sentencia ejemplar




La noticia acaba de saltar a los periódicos, el Juzgado de lo Penal Número 1 de Soria ha dictado una sentencia sin precedentes por la que condena a dos vecinos de Cuenca como autores de un delito de daños contra el patrimonio histórico, tipificado en el artículo 323 del Código Penal, a la pena, para cada uno de ellos, de tres años de prisión, e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de duración de la condena. Además, como autores de un delito de hurto, previsto y penado en el artículo 235.1 del Código Penal,  les ha condenado a la pena, a cada uno de ellos, de un año de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de duración de la condena, así como a que indemnicen, conjunta y solidariamente, a la Junta de Castilla y León en la suma de 150.580 euros, y al pago, por mitades iguales, de las costas causadas en el procedimiento, incluidas las causadas por la acusación particular ( realizada por la Junta de Castilla y León).

Los hechos se remontan a diciembre de 2013, cuando con motivo de la operación ‘Picador’ puesta en marcha por la Guardia Civil (Equipo de Delitos contra el Patrimonio Histórico), se detuvo a estos dos vecinos de Cuenca, de 49 y 33 años, como presuntos expoliadores.

Los denunciados fueron interceptados por la Guardia Civil la madrugada del 19 de diciembre de 2013 en el término municipal de Montejo de Tiermes, hallándose en el interior del vehículo en el que viajaban dos aparatos detectores de metales, mapas topográficos en los que estaban señalados rutas y caminos de accesos a varios yacimientos, y en concreto el de Tiermes, así como azadas y piquetas, entre otros elementos.
Según los agentes los acusados llegaron en su coche el día antes por la tarde ocultándolo en las inmediaciones de la localidad de Pedro, desde la que caminaron unos 3,5 kilómetros hasta el yacimiento de Tiermes. Una vez allí y ayudados de sus detectores y piquetas comenzaron la rebusca realizando hasta 400 hoyos.

No era la primera vez que visitaban el lugar, ya que habían sido vistos por testigos entre los días 4 y 18 de diciembre de 2013 en diversas ocasiones. Como consecuencia de ello disponían de materiales arqueológicos termestinos en el domicilio social de una empresa de la que es administrador único uno de ellos, hecho que además ha sido confirmado por el testimonio de un testigo que afirmó haber visto el vehículo de los acusados transitar por la localidad de Noviales y las cercanías del yacimiento en varios días consecutivos.

En el vehículo los acusados tenían fragmentos de vasos cerámicos y metálicos procedentes de contextos funerarios de la II Edad del Hierro. 
Un análisis pericial realizado por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, ha determinado que proceden del yacimiento de Tiermes.

La sentencia hace especial hincapié, independientemente del delito de hurto por la apropiación de las piezas halladas de manera ilegal, en los daños producidos al patrimonio histórico al realizar estos actos de expolio, alterando el sustrato arqueológico en el que aparecieron los objetos e impidiendo su posterior estudio.

 “debe establecerse que si bien las monedas tienen un valor comercial, el daño causado al yacimiento supera dicho valor y debe ser también indemnizado a la Junta de Castilla y León"

Determinantes han sido los dos informes periciales que cuantifican este daño a Tiermes y que han sido elaborados por técnicos de la Junta de Castilla y León y  la Universidad Autónoma de Madrid. Ambos.

En la valoración se tiene como referencia la declaración como Bien de Interés Cultural del yacimiento de Tiermes, que cuenta con la máxima protección legal, fijándose la indemnización en 150.580 euros a favor de la Junta de Castilla y León que, según el fallo de la sentencia, deberá destinarse a la conservación, estudio y reparación de los daños causados en el yacimiento de Tiermes.

En lo que respecta al delito contra el patrimonio histórico, la sentencia impone una pena, a cada uno de los acusados, de tres años de prisión, el grado máximo, teniendo en cuenta que “existieron varias acciones reiteradas, una suerte de continuidad delictiva, que determina una mayor gravedad del hecho y una mayor pena”. También se ha tomado en consideración la importancia del daño causado “ya que el yacimiento ha quedado descontextualizado y se han perdido los datos históricos que permitirían estudiar los objetos expoliados”.

Esta sentencia es un punto firme de apoyo para continuar la lucha contra la destrucción del Patrimonio Arqueológico.


martes, 4 de octubre de 2016

De Arrabalde y sus "tesoros"


 
Fot. Domus Pucelae

A veces ocurre que la historia del hombre se hace compleja y lo que otrora pudo esconderse, sale a la luz como un magnífico hallazgo de aquello que nunca pudo ser recuperado en vida de sus poseedores.
Bien hubiera sido ocultado por sus legítimos dueños, ya fueran individuales o colectivos, bien por que fue atesorado ilícitamente, permaneció oculto a los ojos y al recuerdo.
Milenios siendo un fósil, escondido, preservado en condiciones estables hasta que el sueño, el azar, la infraestructura de turno o la ambición, desentierran lo que el tiempo y la intención escondieron con tanto mimo.
Cuando el gran Miguel Delibes escribió el tesoro en los años 80 del siglo XX dedicó este libro a su hijo Germán, entonces mi catedrático de Prehistoria, y a todos los que nos dedicamos a estudiar el pasado. Esta, considerada una obra menor, narra una situación concreta y novelada -basada en una historia real que le ocurrió a Germán y a los Kuntas (sus alumnos y colaboradores), y  que algunos arqueólogos hemos vivido hasta hace un tiempo- , que por desgracia, sigue estando de actualidad.



"A mi hijo Germán y a cuantos dedican su vida a investigar nuestras raíces".


Cuenta Delibes el hecho del hallazgo, mientras se realizaba un cortafuegos en la sierra, de un "tesoro" celtibérico con brazaletes, anillos, arracadas y pendientes de oro y plata, todo encerrado en una tinaja. La noticia hace que, desde la Universidad, se inicie una campaña de excavación arqueológica cuyo objeto es analizar el contexto del hallazgo, ya que estos "atesoramientos" pueden responder a la necesidad de preservar (a través de la ocultación) el patrimonio de una familia astur ante la llegada del conflicto con los romanos, que se encuentran en proceso de conquista del territorio.



Castro de Las Labradas. Arrabalde (Zamora)

Pero enseguida todo se complica. Ante el hallazgo de un tesoro ignoto, en un inmenso castro de la Edad del Hierro, los habitantes de la localidad situada a los pies del monte, susceptibles, vigilan el trabajo de los arqueólogos con actitud amenazante. La tensión crece por momentos y enseguida se desencadena una situación complicada y la policía acaba tomando el pequeño pueblo. Esa dicotomía de intereses hace que el yacimiento acabe destruido.
El Tesoro de Delibes no habla de historia, ciencia o cultura, sino de pasiones simples, de incomunicación, de saqueo, de codicia, de sospecha de celo profesional y administrativo. Los arqueólogos se ven obligados a abandonar su trabajo y todo acaba en un rocambolesco juicio.
Esta obra literaria, que incluso se llevó al cine, novela un hecho real acontecido en 1980 en el castro de Las Labradas, en Arrabalde (Zamora), si bien algunos de los hechos fueron suavizados y modificados. Ni el hallazgo casual fue tan fortuito, ni el hallador fue generoso, ni los trabajos arqueológicos se produjeron con la tensión extrema que narra el libro, aunque la situación fuera tremenda.
No obstante, la historia marcó, de alguna manera, un modo de actuar frente a la desprotección de los hallazgos arqueológicos singulares, la actuación de los excavadores clandestinos y los detectoristas que saquean los yacimientos arqueológicos.



Tesoro 1 de Arrabalde. Museo de Zamora

En abril de 1987, un segundo tesoro,  algo más modesto desde el punto de vista del número de objetos recuperados, es exhumado  de forma igualmente lamentable. 
Respecto a las circunstancias que motivaron ambas ocultaciones, y a falta de mejores argumentos, cabría suponer que jugó un papel decisivo el ambiente de inseguridad engendrado por el conflicto de Cántabros y Astures contra Roma (29-19 a.C.)23, fecha que vienen a corroborar  los materiales arqueológicos obtenidos en las diversas catas realizadas en el castro de Labradas, que conducen repetidamente a fechas de finales del siglo I antes de Cristo.
En este lugar excavé con uno de los mejores arqueólogos con los que he trabajado en mi vida, el profesor Angel Esparza Arroyo, cuando mi horizonte de trabajo eran los castros zamoranos de la Edad del Hierro. Mucho ha llovido desde entonces y ciertamente mucho ha influido en todos los arqueólogos de la Meseta Norte, entre los que me incluyo.
A lo que iba. Estos dos supuestos hallazgos casuales producidos mientras se realizaban trabajos agrícolas o forestales en la Sierra, a falta de una comprobación fehaciente, olían a chamusquina (tómese en sentido figurado). Pudieron haberse hallado cientos de útiles, cacharros y herramientas fosilizadas en el yacimiento pero fue a darse con dos atesoramientos. La experiencia nos mueve a sospechar lo espúrio de tales encuentros fortuitos. Permítaseme. De hecho el yacimiento arqueológico de Las Labradas ha estado expuesto a la actuación de excavadores clandestinos y detectoristas durante años.

El Castro de Las Labradas es uno de los yacimientos arqueológicos más extensos de la provincia de Zamora, con unas 23 hectáreas de extensión sobre las crestas de la Sierra de las Carpurias, dominando la vega del río Eria al norte y el Valle de Vidriales al sur, en un emplazamiento marcadamente estratégico. La inexpugnabilidad natural se completaba con varios recintos amurallados levantados con cuarcita, que alcanzaban una longitud de 2.500 metros adaptándose a las irregularidades del relieve y uniendo roquedos naturales.  Los lomos de derrumbe que hoy reconocemos en la superficie del castro nos ponen sobre la pista de una altura media de entre 4 y 5 metros
En los flacos occidental y oriental, más expuestos y accesibles, se encontraban las puertas de entrada flanqueadas por torreones macizos de planta cuadrangular que controlaban el acceso, una de ellas excavada en los años 90. Estos accesos se encontraban precedidos por campos de piedras hincadas, como el documentado en el ángulo noroeste del yacimiento. el conjunto de estos elementos impedía que pudiera llevarse a cabo un ataque rápido e inesperado.
Las Labradas fue ocupado como núcleo de cierta entidad entre los siglos I a C y el I d. C. , cuando se levantan las construcciones defensivas del castro y se ocultan los tesoros. Se sospecha que pudo reagrupar, frente a la conquista romana a gentes de diferentes poblados de este territorio, si bien no puede descartarse, en absoluto, que existiera un puesto militar relevante, habida cuenta de los restos de armaduras.
Así, el proceso de conquista del noroeste debió originar la ocupación del castro, mientras que el dominio del territorio determinó su abandono. 
Al comenzar esta reseña, ya expuse que fue precisamente en este enorme recinto fortificado donde se hallaron, entre los años 1980 y 1988, dos atesoramientos integrados por más de cincuenta piezas de oro y plata que se conservan en el Museo de Zamora.
En el tesoro 1, hallado en el mes de agosto de 1980, aparecieron ,cobijados en un gran vaso cerámico, un conjunto de piezas de orfebrería: joyas de adorno como varias fíbulas, diademas,  brazaletes espiraliformes, torques, pendientes, anillos, una excepcional placa de cinturón rematada en cabeza de serpiente, aros o coleteros para el cabello, etc, se hallaban junto a dos vasos argénteos carenados, todos ellos relevantes ejemplares de la producción orfebre de los pueblos prerromanos meseteños tanto por sus motivos decorativos como por sus técnicas de trabajo y los materiales empleados.



Fíbula anular y torques prerromanos pertenecientes al tesoro de Arrabalde


Los contextos de los tesoros de Arrabalde fueron destruidos, pero las excavaciones realizadas en el yacimiento han seguido su curso de la mano del profesor Angel Esparza Arroyo, con quien tuve el gusto de colaborar hace ya unas décadas. Tanto Angel  Esparza como Germán Delibes han llevado a cabo la sistematización y análisis de estos dos conjuntos descontextualizados, proponiendo cronologías tardías dentro de las producciones de la II Edad del Hierro,
Los  tesoros del ámbito prerromano meseteño son interpretados como acopios de riquezas individuales, familiares o colectivas que se ocultan de manera provisional en momentos de tensión. Este clima de inseguridad está relacionado con las operaciones de guerra, siendo destacable al respecto la presencia del cuartel de la Legio X Gemina en la cercana localidad de Rosinos de Vidriales. El empleo del oro y la plata así como el carácter ornamental de las piezas reflejan la ostentación y la relevancia social de sus dueños. La mayoría de estas joyas se utilizaron como adorno personal, teniendo unos diseños muy vistosos, con decoraciones recargadas con representaciones vegetales y animales (bellotas, racimos, bóvidos, équidos, serpientes o aves).
Lamentablemente existen pocos ejemplos de adornos fuera de estos hallazgos "fortuitos" y de los que proceden de rebuscas con detectores metálicos. Casos idénticos se han producido en territorios cercanos como  Rabanales  (Zamora), Padilla de Duero  -Pintia- en Peñafiel (Valladolid) y Palencia (Pallantia).
Es obvio que tales escondrijos serían preparados por sus poseedores para ser recuperados en cuanto las circunstancias lo permitieran, hecho que jamás ocurrió,

 
Tesorillo número 2 de Las Quintanas, Pintia.

Curiosísimo es el reconocimiento de piezas de orfebrería similares a las representadas en Arrabalde, reproducidas en barro que forman parte de los ajuares de la necrópolis de las Ruedas en Pintia  y que proceden de la tumba 127b, hallada durante las campañas de los años 2007 y 2008, que vienen a ser denominadas como joyas de barro y para cuya propietaria, una niña de seis o siete años, fueron depositadas.
El Castro de las Labradas es Bien de Interés en la categoría de Zona Arqueológica y puede ser visitado.
Es accesible desde la localidad de Arrabalde , tomando la dirección hacia Alcubilla de Nogales. Atras un ascenso de unos 2 kilómetros se alcanza la primera línea de muralla del flanco occidental del castro. Un itinerario circular guiado por 6 paneles te conduce por el alto de Las Labradas explicando brevemente las características de este enclave arqueológico.
En la propia localidad puede visitarse el Aula Arqueológica, donde se reproducen algunas dependencias, como el taller de un orfebre de la época, donde pueden observarse el horno de la pila de enfriamiento, diferentes herramientas para el trabajo del metal, un maniquí de un artesano y paneles informativos. Prosigue el recorrido con  otras salas donde se exponen reproducciones de orfebrería y astures ataviados con las joyas halladas en los tesoros.
Finalmente existe una sala de actividades en la que el visitante podrá acuñar monedas o montar un torques, siguiendo el modo empleado por los artesanos del castro de Las Labradas.



 En color el ajuar cerámico del banquete y las armas y adornos corporales metálicos de los guerreros.
Abajo otra escena indígena con representación similar y objetos arqueológicos procedentes de hallazgos arqueológicos vaceeos.
 "El Banquete en las élites vacceas". Ésta ilustración realizada para el Centro de Estudios Vacceos Federico Watemberg (C. Sanz Minguez y F. Romero) de la Universidad de Valladolid, formó parte de la exposición "El Banquete y el Vino en época Vaccea", ambientando un encuentro entre élites vacceas en el yacimiento arqueológico de Pintia (Padilla de Duero-Peñafiel, Valladolid).
Dibujos de Luis Pascual Repiso


¡Feliz semana!