martes, 10 de noviembre de 2015

Maddalena Casulana. El don del arte y del intelecto




"Deseo mostrar al mundo, tanto como pueda en esta profesión musical, la errónea vanidad de que sólo los hombres poseen los dones del arte y el intelecto, y de que estos dones nunca son dados a las mujeres"
Maddalena Casulana. Siglo XVI




El don del arte y el intelecto son cosa propia de humanos si bien, y parece mentira, es una cuestión que se ha puesto manifiestamente en entredicho, en el caso de las mujeres, a lo largo del tiempo.
Abrir un libro,el que sea, una página de internet y buscar a una figura femenina destacable en música, ciencia, filosofía, historia, aritmética, geometría, astronomía, etc y encontrar, sea de la época que fuere, la aseveración, actual, de que es la primera médico, compositora o física, es recurrente a la vez que incierta e inexacta.
Parte, evidentemente, de un concepto deliberadamente espúrio que mantiene que tales féminas son casos aislados, ya que los dones intelectuales no han sido considerados cosas de mujeres, seres que, a decir de muchos a lo largo del tiempo, por su pasividad y sexo, carecen de esas capacidades o las tienen de forma excepcional.
Estas afirmaciones que pudieran considerarse exageradas, no lo son en absoluto y siguen persiguiendo la idea de unas diferencias inexistentes.
Ayer mismo, se conmemoraba (Google inlcuido) el 111 aniversario del nacimiento de una gran inventora, Hedy Lamarr, triunfadora  y mucho mas conocida por su belleza que por sus patentes, que, infeliz y decepcionada por la falta de reconocimiento afirmaba con amargura que "Toda chica puede ser glamurosa. Todo lo que tiene que hacer es estarse quieta y hacerse la estúpida",
De ahí mi enorme interés en hacer hincapie en la valoración de aquellas mujeres que, contra todo, en su tiempo destacaron, por mas que luego fueran invisibilizadas y reivindicar la presencia de las mujeres en los libros formativos.
El fraudulento y torticero uso de los conceptos de fragilidad mental, no pudo ningunear por y para siempre a las voluntariosas y valiosas mujeres.
Muchas de aquellas, recurrieron, a través de su esmerada preparación e inteligencia, a la búsqueda de la igualdad de los roles en la vida y en el concepto amoroso, en el que las mujeres bien consideradas socialmente deben ser, siempre, pasivas y sensuales, sin mas pretensiones.

De Maddalena, ¡cómo no!, se dice que ha pasado a formar parte de la historia de la música como la primera mujer que vió publicada una de sus obras musicales (recordemos que la primera mujer compositora conocida en la actualidad es Enheduana de Ur, cuya vida transcurrió en el III milenio a C) pincha aquí para verlo

Parece que había nacido en Casole d´Elsa, cerca de Siena,´en la Toscana , de ahí su sobrenombre, hacia 1540. Recibió formación musical desde muy joven, lo que hizo posible que  pronto destacara como compositora, cantante e intérprete de laúd. 
Dedicó toda su vida a la composición, dejando 66 madrigales conservados.
En 1566 ya había compuesto, en Florencia, cuatro madrigales que se recopilarían bajo el nombre de Il Desiderio (El Deseo)
Con el sencillo nombre de Il primo libro di madrigali, cuatro años después, se publicaba en Venecia su primer libro de madrigales a cuatro voces. Esta importante obra estuvo dedicada a otra gran mujer, Isabela de Médicis, hija del Gran Duque de Toscana,  Cosme I de Médici y su esposa Leonor de Toledo, una apasionada de la música.





Casulana no sólo era consciente de las barreras de género y los estereotipos que la colocaban en una posición precaria sino que la utilizó para saltarse las normas establecidas, colocando a la mujer protagonista de sus composiciones en cotas de mayor libertad. Eso era posible a través del uso de un lenguaje de insinuaciones donde libera la voz femenina de su papel tradicional de víctima conquistada, propia de la fantasía sexual masculina, eleva a la mujer como ser intelectual y no solo sensual y establece una atmósfera de unidad e igualdad muy interesante.
Para Maddalena existía un deseo declarado consistente en revelar el "error vanidoso de los hombres", que muestra, sin ambages, en su obra recurriendo a realizar ajustes sensibles e inteligentes de los textos filosóficos, revelando su impresionante formación en cultura clásica,  su conocimiento de la retórica y de los recursos de la literatura del género del madrigal. 
A ello se unen sus muchas habilidades creativas, un estilo compositivo armonioso y muy colorista a decir de los entendidos.
Articula, con todo ello, su concepto de igualdad con el hombre, de necesidad de cooperación, de unidad frente al dolor del abandono y la paradoja del amor y el placer de forma explícita o figurada
Busca, sin acudir a la denuncia, una voz propia en el marco de  dominada por el hombre en la Italia del siglo XVI a través de su música y literatura, ilustrando, con ellas, el fracaso de una sociedad basada en la exclusión y la dominación de la mujer elevándose a si misma, tomando la responsabilidad de poner de manifiesto la capacidad creativa de la mujer a través del reconocimiento de la igualdad del intelecto. 


Esta dedicatoria apareció en el primer libro de Casulana de madrigales a cuatro voces, publicado en 1568 en Venecia por Girolamo Scotto:

Conosco veramente Illustrissima et Eccellentissima Signora, che queste mie primitie, per la debolezza loro, non possono partorir quell’effetto, ch’io vorrei, che sarebbe oltre il dar qualche testimonio all’Eccellentia Vostra della divotion mio, di mostrar anche al mondo (per quanto mi fosse concesso in questa profession della Musica) il vano error de gl’huomini, che de gli alti doni dell’intelletto tanto si credono patroni, che par loro, ch’alle Donne non possono medesimamente esser communi. Ma con tutto ciò non ho voluto mancar di mandarle in luce, sperando che dal chiaro nome di Vostra Eccellentia (a cui riverentemente le dedico) tanto di lumi debbano consequire, che da quello possa accendersi qualche altro più elevato ingegno, a dimostrar con chiari effetti quello che non ho potuto dimostrar’io se non con l’animo. Gradisca dunque l’Eccellentia Vostra questa mia candida intentione, e se da così immaturi frutti non me ne potrà venir quella lode, che sola è il premio delle virtuose fatiche, faccia almeno la bontà di lei, ch’io ne god ail premio della sua gratia, che così, se non per buoni, almeno per fortunatissimi saranno da me sempre reputati; et a Vostra Eccellenta humilmente bacio le mani.


De Venetia il di x. d’Aprile. 1568. Di Vostra Eccellentia Humilissima Servitrice. Maddalena Casulana.


Parafraseando a Beatriz Pescerelli, cuatro siglos más tarde, en el XIX, las cosas seguían igual o peor, pues a la infelicidad que produce la falta de valoración se une la idea equivocada de no haber tenido antecesora y Clara Schumann, decepcionada, se autocensura escribiendo: "Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?"; incluso, ya en el siglo XX Gustav Mahler le hizo saber a su futura esposa, Alma Schindler, que en su mundo había lugar para un solo compositor y éste era él: “Tú no debes tener más que una profesión: la de hacerme feliz. Los papeles en esta presentación deben estar bien repartidos. Y a mí me incumbe el de ‘compositor’, el de quien ‘trabaja’. El tuyo será el del compañero, del camarada comprensivo”.
En la actualidad, aunque la situación ha mejorado, dista mucho de equipararse a la del compositor. No hay más que leer los diferentes textos educativos; en ninguno se hace mención a las mujeres compositoras. Ya va siendo hora de que se visibilicen, ¿no creen?

¡Feliz Semana!







Pescerelli, Beatrice; 1986. Maddalena Casulana,  in Historical Anthology of Music by Women. James R. Briscoe, ed. Indiana University Press, Bloomington, Indiana. ISBN 0-253-21296-0

3 comentarios:

  1. Hola Consuelo. Me ha gustado mucho leer sobre Casulana. Gracias

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  2. Hola Consuelo. Me ha gustado mucho leer sobre Casulana. Gracias

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  3. Pues tienes toda la razón, ya es hora de no pasar por alto, en los libros de texto, mujeres tan inteligentes como Casulana.
    Un saludo

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